jueves, 11 de septiembre de 2014

Es más fácil medicar a los niños que cambiar la sociedad


Tal como leéis el título, es como resumiría el alto número de casos de TDA/TDAH que hay en el Mundo.

Vamos a resumir qué es el TDA y el TDAH (Trastorno de Déficit de Atención y, lo mismo, pero con Hiperactividad).

El Trastorno de Déficit de Atención es cuando el niño tiene problemas para concentrarse y prestar atención incluso en la más ínfima tarea (atarse los cordones, por ejemplo), dificultad en seguir pautas/órdenes y, en los casos de hiperactividad: inquietud, mostrar emociones efusivamente, etc-etc-etc.


Siguiendo los síntomas y edades que nos hablan los de la página The National Institute of Mental Health (NIMH), podemos apreciar algo bastante preocupante. Me gustaría que los que tengáis hijos, sobrinos, hijos de amigos, vecinos, etc, entre esas edades comprendidas, digáis si no confundiríais una enfermedad tan común con la sintomatología que presentan:

- Es uno de los trastornos más comunes en la niñez y puede continuar hasta la adolescencia y la edad adulta.

Vamos a preocupar a la población. Hablamos de una enfermedad común, medicada, que no tiene cura, sólo tratamientos químicos para combatir los síntomas. Al menos así la describen.

- Los síntomas del TDAH generalmente aparecen a una temprana edad, generalmente entre los 3 y 6 años.

Si ahora leemos los síntomas, decidme si no son así la mayoría de los niños en ese rango de edad:

- Los niños que tienen síntomas de inatención pueden:
  • Distraerse fácilmente, no percibir detalles, olvidarse de las cosas y con frecuencia cambiar de una actividad a otra.
  • Tener dificultad para concentrarse en una sola cosa.
  • Aburrirse con una tarea después de tan solo unos minutos, excepto que estén realizando una actividad placentera.
  • Tener dificultad para concentrarse en organizar y completar una tarea o en aprender algo nuevo.
  • Tener problemas para completar o entregar tareas; con frecuencia, pierden las cosas (p. ej., lápices, juguetes, asignaciones) que se necesitan para completar las tareas o actividades.
  • Parecen no escuchar cuando se les habla.
  • Sueñan despiertos, se confunden fácilmente y se mueven lentamente.
  • Tienen dificultad para procesar información de forma rápida y precisa como los demás.
  • Tienen dificultad para seguir instrucciones.

- Los niños que tienen síntomas de hiperactividad pueden:
  • Estar inquietos y movedizos en sus asientos.
  • Hablar sin parar.
  • Ir de un lado a otro, tocando y jugando con todo lo que está a la vista.
  • Tener problemas para sentarse y estar quietos durante las comidas, la escuela y cuando se les lee cuentos.
  • Estar en constante movimiento.
  • Tener dificultad para realizar tareas o actividades que requieren tranquilidad.

- Los niños con síntomas de impulsividad pueden:
  • Ser muy impacientes.
  • Hacer comentarios inapropiados, mostrar sus emociones sin reparos y actuar sin tener en cuenta las consecuencias.
  • Tienen dificultad para esperar por cosas que quieren o para esperar su turno en los juegos.
  • Interrumpen con frecuencia conversaciones o las actividades de los demás.

Ahora pensemos, estamos hablando de niños entre 3-6 años. Están en pleno estadio del YO, son egocéntricos, que no egoístas, es decir: no hacen las cosas con maldad, aunque haya gente que diga que su hijo es malo porque sólo piensa en él. Nuestra profesora de la asignatura Desarrollo Cognitivo y Motor, la cual nos cuenta sus experiencias, consejos y teorías en su página "La mamá de Pequeñita", nos insistió mucho en el tema de diferenciar entre egoísmo y egocentrismo(*).
Hablamos que en su cabeza no pueden ponerse en tu lugar, hay que decirles todo y repetirlo para que lo entiendan y aún así lo más seguro es que al rato repitan la conducta porque no son capaces de ponerse en tu lugar. No se le puede decir "deja de golpear la mesa con el muñeco porque molesta" porque no entienden que la molestia que sientes sea debida a lo que están haciendo, ya que a él le agrada golpear la mesa con su muñeco. Es época de observarles, de dejarles experimentar, de hablarles y de repetirles mil veces qué pueden y no pueden hacer y aún así muchos no harán ni caso. Y no por ello tienen TDA y mucho menos TDAH. Que un niño sea efusivo o demasiado sincero (¡¡Mira mamá, qué mujer tan gorda!!) es totalmente normal, ya que no pueden ponerse en la situación del adulto, no sabe que existe la vergüenza ajena o que la mujer con problemas de sobrepeso del asiento de al lado puede sentirse ofendida.
No pretendo, con mis palabras, generalizar, los habrá más espabilados o más atrasados, lo cual no significa que tengan problemas psicológicos o en su desarrollo, simplemente lo hace a otro ritmo y quizás es mejor en otras capacidades que un niño que ya corretea o sabe decir más palabras.
 
El sobrino-nieto de Freud, Joseph Knobel Freud, psicoanalista y autor de libros como "El reto de ser padres", asegura que el TDA/TDAH es un invento.

"León Eisenberg, la persona que describió el TDAH por primera vez, dijo meses antes de morir que éste era un excelente ejemplo de un trastorno inventado y que la predisposición genética para el TDA está completamente sobrevalorada".

También dice que en la sociedad actual se consideran mejores las cosas cuanto más rápidas sean. Si el niño se porta mal y se mueve mucho: se hipermedicaliza, en vez de cambiar su conducta mirando qué falla en su educación y si puede ser debido al entorno familiar y social en el que se encuentra el niño.
 
Durante una entrevista del diario ABC para promocionar su libro rEDUvolution, María Acaso (profesora de la Universidad Complutense de Madrid), afirma que "no existe el TDA, sólo niños aburridos en clase", "medicar con anfetaminas a niños de 2 años para que se concentren es, sencillamente, una barbaridad", "¿no sería mejor pensar en cambiar la educación que reciben?"
 
No entiendo la necesidad de ir a un especialista a la primera que el niño haga algo o se comporte de una manera que a los padres no les gusta o les asusta porque sea diferente o vaya un poco más lento que los otros niños, los "es que no me hace caso" y los "no termina nada de lo que empieza", e incluso los: "es que mi niño es malo, malo, malo, pero malo, malo, ¿eh?". Hay una preocupación alarmante producida por el miedo a hacerlo mal y no saber si eres tú o es el niño.
- Hablaré sobre cómo condicionamos a los niños cuando les decimos una y otra vez: "qué buena es esta niña" o "es más mala que la quina" -.
 
Para finalizar con este tema, desearía que cada vez hubiera menos padres que escucharan la voz que les dice "lo estás haciendo mal" y buscar respuestas en un especialista, al comparar el comportamiento y desarrollo de sus hijos con el de otros niños, y se preocuparan más en observar a sus hijos y respetar sus ritmos, así como intentar comprender las señales que les hacen al mostrar indicios de una conducta que pueda considerarse anormal.
 
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(*) Según WordReference:
EGOÍSMO: excesivo aprecio que tiene una persona por sí misma, y que le hace atender desmedidamente a su propio interés, sin preocuparse del de los demás.
EGOCENTRISMO: exagerada exaltación de la propia personalidad, hasta considerarla centro de la atención y actividad generales.
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