lunes, 2 de marzo de 2015

EDUCACIÓN MORAL Y VALORES


La educación moral

El ser humano necesita criterios morales, normas sociales y valores que le permitan tener una convivencia respetuosa dentro de la pluralidad en la que vive e interacciona. El bebé, desde que nace, va recibiendo esos valores y normas a través de sus mayores.

El objetivo final de la educación moral es que los niños sean capaces de elaborar por sí mismos sus propios criterios morales. Han de ser coherentes con los principios y las normas establecidas socialmente. Los procesos de adquisición de los principios, lejos de inhibirnos o imponerles criterios a los niños, deberemos ayudarle a crecer moralmente para poder conseguir que ellos mismos sean al mismo tiempo jueces y parte de sus acciones, respetando el bien común.

Moralidad y código moral

La moralidad está configurada por la adquisición de una serie de valores y normas:

-          Los valores son universales y se refieren a conceptos como: altruismo, respeto a la vida, generosidad, libertad, justicia…

-          Las normas suelen estar más determinadas por las culturas y costumbres: modos de vestir, forma de actuar públicamente, manera de saludarse o dar las gracias…

El conjunto de valores y normas son aceptados por la mayoría de las personas y conforman en cada una de las personas su propio código moral o escala de valores.

Cada vez que dos o más personas se reúnen para convivir, se establece un sistema propio de normas que regula su funcionamiento. Cada familia instituye una manera de comportarse que es aceptada por todos sus miembros y puede ser igual o diferente de la que haya adoptado como válida la familia vecina.

La moral de una sociedad y el código moral de cada persona no son inamovibles, y a medida que las sociedades van evolucionando, las normas y valores también lo van  haciendo.

Los componentes de la moralidad:

La moralidad determina lo que una persona debe hacer ante una determinada situación conflictiva, pero no todas las personas actúan de la misma manera debido a que unas dan preferencia a aspectos que para otras son menos prioritarios:

Ø  Componentes emocionales: emociones que sentimos cuando nos enfrentamos a un problema moral. Podemos dejarnos llevar por lo que nos dictan las emociones antes que por otros aspectos.

Ø  Componentes cognitivos: todo aquello que pensamos y comprendemos con respecto a un determinado hecho. Permiten elaborar juicios de valor sobre lo que cada persona cree que es lo correcto o no lo es.

Ø  Componentes conductuales: la actuación o comportamiento que se toma ante una situación moralmente conflictiva. En muchas ocasiones se pueden experimentar sentimientos o pensamientos contradictorios y la persona deberá decidir si actúa o no y de qué manera (disonancia cognoscitiva).

TEORÍA DE LA DISONANCIA COGNOSCITIVA (FESTINGER)

Ante dos cogniciones contradictorias acerca de algo se genera una tensión psicológica que impulsa al individuo a buscar una forma de aliviarla. Tiene 3 estrategias:

·         Cambiar de conducta concreta (dejar de fumar).

·         Cambiar elementos cognitivos (fumo porque estoy de exámenes).

·         Añadir una nueva cognición que lleve al equilibrio (intentaré fumar menos).

Las personas tienden a refutar y justificar sus acciones - para buscar un equilibrio- ante los demás y ante sí mismos (a veces mediante argumentos absurdos), en casos como:

·         Equivocarse en algo irreparable.

·         Hacer elecciones equivocadas.

·         Hacer algo que sabe que no es honesto.

La disonancia aparece siempre que tenemos que elegir entre dos opciones, en ocasiones contradictorias.

El desarrollo moral en la edad infantil

El desarrollo moral tiene que ver con el desarrollo cognitivo, el desarrollo emocional y el conocimiento de uno mismo y el entorno. Se deberán ofrecer a los niños oportunidades y experiencias para que puedan pasar de la obediencia a la decisión propia, la cual se tome teniendo en cuenta el bien común.

Desarrollo cognitivo y desarrollo moral

El desarrollo moral tiene lugar prioritariamente en los años escolares debido a que en ellos se dan numerosas experiencias en el trato con los iguales. Sus habilidades cognitivas y su comprensión sobre temas morales se van desarrollando cada vez más, aumentando también su conciencia sobre las necesidades y los derechos de las demás personas.

El sentido moral y las emociones sociomorales

A medida que el niño desarrolla su autoconsciencia, empieza a aparecer su sentido moral y las emociones de: vergüenza, orgullo por algo bien hecho, culpabilidad, confianza, envidia…

Hay que tener en cuenta que las señales emocionales que emiten los cuidadores ante un determinado hecho, al comunicar su sistema de valores, favorecen o dificultan el desarrollo de estas emociones.

La empatía y el desarrollo de la moralidad

La empatía es la capacidad para entender lo que siente otra persona y comunicarle que sabemos cómo se sienten.

HOFFMAN divide la empatía en 4 niveles:

Ø  Empatía global: el bebé, en su primer año, no distingue entre el yo y el otro, puede presentar una respuesta empática (llorar él mismo al oír a otro bebé). No sabrá si ese dolor lo está padeciendo otro o él mismo.

Ø  Empatía egocéntrica: a partir del año, el niño será  plenamente consciente de la existencia de los otros como seres diferentes a él. Su empatía será distinta y sí se dará cuenta de que si otro niño llora es por una causa que no tiene por qué afectarle a él. A parecen las primeras conductas prosociales de consuelo. El pequeño piensa que el mismo objeto o la misma conducta que le calma a él, también calmará a los demás.

Ø  Empatía con los sentimientos de los demás: de los dos años en adelante, van entendiendo los sentimientos de los demás.

Ø  Empatía con la desgracia general de los demás: ya no es necesario conocer a la persona o tenerla cerca para empatizar con su dolor o alegría. En la adolescencia la empatía con la desgracia general ajena puede verse reforzada por convicciones morales centradas en el deseo de aliviar las injusticias sociales.

Cuando los niños pequeños tienen oportunidad de explicar sus emociones y sentimientos a sus educadores y a sus padres, son más capaces de interpretar de forma adecuada los sentimientos de otras personas, tanto si estas son conocidas como desconocidas. El aprendizaje infantil de la empatía está mediatizado por la observación y la imitación de la conducta de las personas cercanas ante el sufrimiento ajeno.

TEORÍAS EXPLICATIVAS

Dependiendo de cuál sea el aspecto al que den mayor importancia, explicarán cómo y por qué se desarrolla la moralidad en las personas.

- Teorías biológicas: valores como la cooperación o la ayuda mutua están implícitos en la propia herencia genética de la especie para garantizar su supervivencia.

- Teorías psicoanalíticas: el desarrollo moral en la edad infantil se produce mientras se va configurando el superyó o consciencia.

- Teorías del aprendizaje social: importancia de la presencia de un modelo que los niños puedan imitar y la existencia de un modelo positivo para que esta conducta se fije.

- Teorías cognitivas: Piaget-Kholberg. La moralidad es algo que cada persona va construyendo poco a poco a medida que va replanteándose todo lo que va viviendo e interiorizando.


PIAGET: Periodos en el desarrollo del razonamiento moral infantil

Piaget expuso que el razonamiento moral se desarrolla en 3 grandes momentos:

·         Periodo de la moral heterónoma (hasta 7-8 años)

·         Periodo de la moral igualitaria progresiva (entre 8-11 años)

·         Periodo de la moral autónoma (alrededor de los 11-12 años)

Periodo de la moral heterónoma: hasta 7-8 años. En este periodo los niños dependen de la autoridad de las personas adultas. Demuestran respeto por las reglas y normas que les vienen impuestas desde fuera. Estas reglas son independientes de ellos y las cumplen por imposición de las personas adultas que tienen alrededor. A esta edad las contemplan como unas reglas sagradas, inmutables y permanentes.

Las cosas son correctas o incorrectas, buenas o malas (sin término medio). Juzgan las acciones por las consecuencias que estas producen, no por las intenciones que persiguen. El castigo marcará la bondad o la maldad de un acto. Si reciben castigo considerarán que su acción ha sido mala y si no, la considerarán buena. Tienden a pensar que cualquier desgracia que les ocurra después de haber realizado una mala acción será un castigo impuesto por alguna razón sobrenatural.

Periodo de la moral igualitaria progresiva: entre los 8 y 11 años. Estadio intermedio entre el periodo de la moral heterónoma y el de la moral autónoma.

Periodo de la moral autónoma: alrededor de los 11 y 12 años. Periodo de interiorización de las reglas que permite a los niños a flexibilizar su conceptualización moral. Empiezan a actuar siguiendo sus propios criterios y no las imposiciones externas. Comprenden diferentes maneras de valorar las cosas.

Cree que el castigo es algo que compensa a la víctima de la acción, a la vez que ayuda al culpable a reconocer que ha cometido una acción incorrecta que deberá corregir, sabe que el castigo debe ser acorde a la gravedad de la acción mal hecha.

Valorará los actos teniendo en cuenta las intenciones y no únicamente las consecuencias (sin querer es menos grave que hacerlo aposta, aunque el resultado haya sido más grave). Las reglas pueden ser cambiadas, incluso por él mismo.

Juicios morales

Se puede ayudar a un niño a crecer moralmente. Piaget insiste en que la consciencia de lo que es bueno o malo, correcto o incorrecto, llega a los pequeños a través dela cooperación mutua con los demás. Propone una serie de juicios morales, que más tarde ampliará Kohlberg con los dilemas morales.

EL DILEMA MORAL DE KOHLBERG

Las normas morales y los valores de una cultura pueden ser diferentes de los de otra, los razonamientos en los que se fundamentan todos siguen estructuras similares.

Las personas evolucionamos desde esquemas morales más infantiles y egocéntricos hacia esquemas morales más maduros y altruistas, aunque no todas llegan al estadio último y más elaborado a nivel moral.

Kohlberg ideó, a partir de los juicios que planteaba Piaget, una serie de dilemas morales que trataban de evaluar el nivel de razonamiento moral de las personas. Podían ser de dos clases:

-          Dilemas hipotéticos: menos motivadores, trataba de situaciones que podían darse en la vida real.

-          Dilemas reales: obtenidos de los medios de comunicación y más motivadores.

Pedía a los chicos que escuchasen historias y analizaran una posible solución o que se posicionaran ante el conflicto. Lo que más le interesaba a Kohlberg no era la respuesta, sino la forma en que la estructuraban.

Tanto Piaget como Kohlberg, utilizaban para estudiar el desarrollo moral, un procedimiento basado en la entrevista clínica:

-          En los juicios de Piaget los niños debían juzgar a un personaje que ya había decidido su actuación o que ya la había realizado.

-          En los dilemas morales de Kohlberg, pedía una decisión sobre cómo debía actuar la persona y por qué.

En la vida diaria, las personas se enfrentan continuamente a la resolución de diferentes dilemas morales, donde se verán implicados tanto la razón como los sentimientos.

 
Niveles y estadios en el desarrollo moral.

A partir de estos estudios y de las revisiones realizadas posteriormente, Kohlberg concluyó que el desarrollo moral se lleva a cabo a lo largo de seis estadios que se presentan agrupados en 3 niveles de razonamiento moral: el nivel preconvencional, convencional y postconvencional. Cada nivel incluye dos estadios y se puede analizar basándose en 3 aspectos importantes:

-          Lo que se juzga que está bien.

-          El tipo de razones que se dan para actuar de una manera y no de otra.

-          La perspectiva social que se tiene.

Existen puntos de discrepancia entre los autores:

ü  Para Piaget el desarrollo moral puede ser adquirido en 2 etapas y un periodo intermedio y puede finalizar alrededor de los 12 años.

ü  Para Kohlberg, el proceso se realiza en 6 estadios que la mayoría de las personas no llegan nunca a completar plenamente, quedándose en los estadios 3 o 4. Sólo gente muy altruista llega al 6.

Nivel 1. Preconvencional: la moralidad obedece a reglas impuestas por los demás. Las personas de este nivel obedecen a la autoridad, bien para evitar el castigo o bien para obtener recompensas. Aún no se ha entendido que las normas sociales son convenciones necesarias para el buen funcionamiento social.

Nivel 2. Convencional: sigue siendo muy importante mantener y obedecer las normas y las reglas que la sociedad tiene establecidas. Ahora la obediencia ya no se da por propio interés, sino porque las personas que están en el nivel convencional consideran importante mantener el orden social y las relaciones humanas, y ni lo uno ni lo otro podría existir sin normas. Las personas ubicadas en este nivel viven identificadas con el grupo y, por tanto, quieren responder favorablemente a lo que se espera de ellas.

El paso al nivel convencional supone una internalización de las normas, mientras que en el nivel anterior el niño actuaba sin ser capaz de discriminar si lo que hacía estaba bien o mal. Ya es capaz de decidir por sí mismo en un momento dado.

Nivel 3. Postconvencional o de principios: se llega a la verdadera moralidad. Las normas y las leyes pueden ser cuestionadas. La persona reconoce la posibilidad de un conflicto entre dos patrones aceptados socialmente y trata de decidir entre ellos. Existen unos valores que están por encima de las leyes.

EL DESARROLLO MORAL SEGÚN LAS TEORÍAS DEL APRENDIZAJE SOCIAL

La moralidad y las teorías del aprendizaje social

Bandura cree que la conducta moral se desarrolla mediante la observación y el refuerzo directo. Los niños aprenden un comportamiento moral por medio del modelado, observando cómo sus padres y las personas adultas de su alrededor llevan a cabo diferentes conductas que, una vez las incorporan en su repertorio habitual, estas conductas se mantienen gracias al refuerzo directo que realizan los mayores o a refuerzos sustitutivos o vicarios derivados de las consecuencias que ocasionan las conductas morales.

Los niños también realizan a veces acciones morales para las que no tienen modelos cercanos. Bandura lo explica diciendo que es debido a que van realizando una mezcla de distintas conductas de los diferentes modelos ante situaciones de carácter moral. No sólo aprenden a comportarse moralmente observando a familiares y educadores, sino también a todo lo que ven en la calle, televisión, videojuegos…

El castigo y sus alternativas

La mayoría de teóricos del aprendizaje social defienden el empleo del castigo de forma esporádica y adecuada a la edad del niño y a la acción realizada, pues consideran que no produce cambios de conducta a largo plazo. Los niños con familias muy correctivas suelen ser agresivos y con comportamientos poco sociales.

Si la relación entre padres e hijos es normalmente afectuosa y dialogante y en escasas ocasiones se utiliza el castigo, el niño actúa con mayor fuerza, ya que se sentirá de una manera más acrecentada a la retirada del afecto al que está acostumbrado y deseará restablecer la buena relación existente antes del comportamiento inadecuado.

Cuando se impone un castigo, éste debe ser cumplido en los términos que se hayan estipulado, ya que castigar de palabra o levantar un castigo antes de haberse cumplido es contraproducente. Nunca hay que imponer un castigo o amenazar con ellos si de antemano se sabe que no se podrán cumplir, ya que el pequeño aprenderá pronto que no tiene valor.

EL RAZONAMIENTO MORAL EN LA ETAPA INFANTIL

Norma social y valor moral en la infancia (E. TURIEL)

Turiel observó que desde muy pequeños distinguen entre moralidad y convención. Son capaces de diferenciar una norma social o convención (vestirse para salir a la calle) de un valor moral (no pegar).

Los niños son capaces de diferenciar que no es igual incumplir una norma social que un valor moral. Los padres también deben transmitirlo.

La comprensión en el desarrollo moral (P. L. HARRIS)

Los juicios morales de los niños dependen de la comprensión que estos tengan de las emociones. Un ambiente favorecedor tiene consecuencias positivas en la comprensión de las emociones y los juicios morales que de ellas se puedan derivar.

Los niños de 4-5 años han aprendido que si hacen lo que desean son más felices y tenderán a hacer lo que quieran. No será hasta unos años más tarde cuando comprendan que la aprobación de los demás es importante en la felicidad propia y entonces se esforzarán más en hacer aquello que los demás valoran como adecuado.

Las conductas prosociales en la edad infantil

Son aquellas conductas que benefician a las demás personas (altruismo).

Ya desde muy pequeños realizan algunas de estas conductas con ayuda. Los bebés de un año (e incluso menores), a veces ofrecen juguetes a otros bebés. Aunque el gesto sea breve a veces puesto piden que el objeto sea devuelto al poco tiempo.

De 29 a 36 meses se observó que si un niño dejaba un juguete a otro, más tarde el segundo tendía a darle su juguete al primero cuando éste no tenía ninguno para jugar. Sin embargo, los pequeños no dejaban sus juguetes a otros que con anterioridad se hubieran negado a compartirlos con ellos.

El desarrollo cognitivo también es fundamental en el razonamiento prosocial. Niños con una mejor comprensión de sí mismos demostrarán mayor comprensión hacia el sufrimiento de los demás. Aunque muchos niños, de alrededor de 2-3 años, son capaces de compadecerse de los que sufren, pocos son los que están dispuestos a renunciar por sí mismos a algo que ellos tienen para dárselo a alguien que padece. Estas acciones espontáneas de ayuda se darán más frecuentemente en niños de 4-5 años.

Se puede afirmar que las conductas prosociales van aumentando a medida que los niños van creciendo debido al desarrollo de la empatía y de la toma de perspectiva, así como de las continuas experiencias socializadoras que van acumulando.

La justicia distributiva (W. DAMON)

Hace referencia a cómo dividir justamente los recursos.

LA JUSTICIA: implica un sentimiento de reciprocidad, es decir, obtener lo que el individuo se merece y recibir el premio por las buenas acciones y el castigo por las malas. Hay una correspondencia entre delito y castigo y entre merecimiento y premio. Conlleva a tratar a los demás como quisiera ser tratado.

Ø  Con 3-4 años, el concepto de justicia se suele confundir con los propios deseos, tienen problemas en discriminar lo que es justo de lo que quieren para ellos mismos.

Ø  Entre los 5-6 años, prima la idea de igualdad. La justicia  implica una distribución equitativa de los recursos y no tiene cabida aún el mérito de cada uno.

Ø  Entre los 6-7 años, la justicia se basa en el merecimiento, por lo tanto, creen que los niños que se han esforzado más deberían obtener más dinero.

Ø  Alrededor de los 8 años, prima la benevolencia y piensan que se debe dar más dinero a los que más lo necesitan.

Ø  A los 10 años, empiezan a tener un cierto relativismo moral y pueden contemplar diferentes perspectivas según sean las personas que estén implicadas en cada situación.

El autocontrol moral en la infancia

El autocontrol mora es la inhibición de cualquier impulso que puede inducir a una persona a actuar de forma contraria a las normas y valores morales. Va muy ligado al desarrollo cognitivo. Con la adquisición del lenguaje, los pequeños utilizan el habla privada. De esta manera, según Vigotsky, los niños aprenden a guiar su propia conducta cuando son capaces de incorporar a su discurso las normas de las personas adultas y pueden darse órdenes. La capacidad para realizar un autocontrol ya existe a los 3 años aunque aún no se está lo bastante preparado para llevarla siempre a cabo.

Un buen ejercicio para favorecer el autocontrol es el retraso de las gratificaciones, es importante enseñarles a esperar. En muchos hogares se les concede casi todo lo que piden en el momento en que lo piden, y no se les está dando elementos para combatir la frustración.


INTERVENCIÓN EDUCATIVA

Los valores en la aldea global

Las personas se mueven continuamente y extienden sus culturas y valores hasta lugares muy alejados. Además, las personas van cambiando y se valoran cosas distintas de unas décadas a otras. Todo esto produce variaciones en los valores tradicionales y se hace necesario replantear la educación moral ya que, tanto los valores sociales como los morales, están siendo cuestionados continuamente.

El papel de la familia en la educación en valores

La educación moral ha pasado a ser compartida con la escuela, que a veces incluso ha sustituido a la familia. Los niños deben ver y vivir en sus hogares una conducta moral adecuada. Comprenden muy deprisa si las personas adultas ordenan unas cosas mientras realizan otras. Esta discordancia puede originar una gran confusión en ellos e incluso puede llegar a desautorizar a las personas adultas que la muestran.

Es fundamental que exista una buena relación entre padres e hijos y que los modelos de conducta sean adecuados. Si la familia es coherente y actúa como demanda a sus hijos, si la relación es cariñosa y está abierta a escuchar, los niños desarrollarán una personalidad más sana que los hijos de padres autoritarios que pretenden imponer sus propios valores sin respetar las opiniones de sus hijos.

El papel de la escuela en la educación en valores

La educación en valores se considera un contenido transversal, se debe trabajar y debe estar presente a lo largo de toda la acción educativa. Es importante que tanto en los resultados de aprendizaje como en los criterios de evaluación de las actividades se incorporen la formulación e indicadores relativos a estos contenidos cuando se prevea su tratamiento.

Papel compensador y papel colaborador de la escuela en la educación moral

Papel compensador: cuando es la escuela la que se encarga principalmente de esta faceta educativa, dado que la familia no lo hace.

Papel colaborador: la escuela lo ejerce cuando ayuda y trabaja con la familia en esta labor.

Es importante destacar que es tarea de todas las personas adultas que están alrededor del niño colaborar en su crecimiento moral. Si todos estos aprendizajes no son reforzados por los diferentes agentes que participan en su educación, el camino se hará lento.

Interiorización de normas en la escuela

Es objetivo prioritario que los pequeños interioricen unas normas para que desarrollen una moral autónoma. Cuando un niño manifiesta un comportamiento inadecuado, no es una buena  opción castigarle sin más. Una opción preferible es hablar con él para que sea consciente de las consecuencias que sus actos han podido provocar y así sabrá cómo actuar en situaciones similares futuras.

Es importante que los educadores-maestros estimulen la autonomía moral de sus alumnos. Hacerles reflexionar sobre el daño que ocasionan y sobre los motivos por los que no se debe actuar de esa manera. Es necesario promover espacios e charla y debate sobre las diferentes transgresiones morales que se pueden observar en las aulas.

Elementos a tener en cuenta por la escuela en la educación en valores

Ø  La relación niño-educador: siempre que se produce una interacción con los niños se les está transmitiendo una serie de valores y normas y debe prestarle una gran atención, asegurándose de que está transmitiendo aquello que quiere que reciban. Es importante planificar bien la acogida desde el primer día, reflexionar sobre cómo se les ayuda a enfrentarse a los conflictos que se van produciendo cotidianamente, sobre cómo se dirige la educadora a los pequeños, las miradas, sus verbalizaciones, el tono de voz, las órdenes que da, las peticiones que hace, etc… todo ello va a ir configurando una manera de interrelacionarse.

Ø  La necesidad de los niños a tener experiencias y buenos modelos: que les permitan observar unos valores morales que más tarde reelaborarán y harán suyos. De ahí la importancia de que la educadora haya hecho una buena introspección y conozca bien su propia escala de valores.

Ø  La relación centro-familias: variará en proporción inversa a medida que el niño va creciendo y ganando autonomía.

Actividades para la educación moral

En lo cotidiano surgen conflictos y es necesario plantear algunas actividades para trabajar específicamente aspectos morales como la cortesía, gratitud, solidaridad, sinceridad, justicia…

Desde los 2-3 años se puede recurrir a explicarles historietas o dilemas ajustados a su edad, en los que 3-4 personajes cercanos a ellos o animales que hablan, tienen un conflicto; pueden contarse utilizando marionetas.

Es importante que en estas actividades todos los niños puedan expresar libremente su opinión sobre el tema para así poder ir interiorizando normas y valores con el fin de desarrollar una moral autónoma.

jueves, 26 de febrero de 2015

DESARROLLO SOCIO-AFECTIVO

SOCIALIZACIÓN Y DESARROLLO SOCIAL

El proceso de socialización y desarrollo social.
1.       Familia.
2.       Amigos/Escuela.
Medios de comunicación. Cultura, valores, lengua…
3.       Resocialización.

El ser humano es un ser social: necesita de la compañía de otros seres de su especie para poder vivir y desarrollarse.
Para que una persona alcance un desarrollo social adecuado, hace falta que desde la primera infancia establezca una interacción positiva y de calidad con las personas significativas de su entorno. El desarrollo social de la persona se lleva a cabo a través de un proceso de socialización: proceso por el que cada ser humano se convierte en un miembro activo y de pleno derecho de la sociedad de la que forma parte. Se forma y adquiere las pautas culturales, costumbres y valores compartidos por la mayoría de los componentes de su grupo.

Socialización primaria, secundaria y resocialización.
- Primaria: se produce en el seno de la familia, en un contexto basado en la relación afectiva que incorpora las formas de comunicación social y aprende a respetar los hábitos y las reglas más elementales de convivencia. Se caracteriza por la incorporación de las normas de una manera personalizada, flexible y sujeta en muchos casos a la negociación.
- Secundaria: se produce en otros contextos sociales, como la escuela u otros grupos de ocio, donde las reglas son menos personalizadas y permiten una menor flexibilidad de negociación y las relaciones son menos íntimas.
- Terciaria: resocialización. La sufren las personas que se tienen que adaptar a otra cultura.
Aunque la parte principal de la socialización tiene lugar durante la infancia, este es un proceso que no termina a una edad concreta, ya que a lo largo de la vida van surgiendo situaciones que requieren adaptaciones y cambios en las pautas de comportamiento social establecidas inicialmente.

Factores que condicionan el desarrollo social.
El proceso de socialización que realiza cada ser humano para llegar a constituir un ser social único y diferente a los demás, se encuentran peculiaridades y características propias en cada persona:
·         Cada ser humano posee desde su nacimiento una forma de ser que tiene raíces en la genética.

·         Cada ser humano se desarrolla en unas circunstancias ambientales y sociales concretas: en un medio cultural, económico y familiar determinado que tiene unas características propias e irrepetibles.
MARCHESI: Procesos  implicados en la socialización.

-          Procesos mentales: adquisición de conocimientos.

·         Normas, valores, costumbres, personas… de una sociedad transmitidos por el sistema escolar y otras fuentes de información.

·         Transmisión de conocimientos que la especie ha acumulado con los años.

·         La adquisición de nociones sociales son necesarios para los procesos afectivos y conductas sociales:

§  Referidos a las personas: reconocimiento, identidad y roles: diferenciación entre conocidos y extraños, sentimientos y puntos de vista de los demás. Relaciones personales: amigos, familia…

§  Referidos a la sociedad: determinados conceptos sociales (dinero, poder, nación, ciudad…), conocimiento de las instituciones (familia, escuela, parlamento, hospital…), conocimiento de los valores, normas, juicio moral (divorcio, matrimonio…).

-          Procesos afectivos: formación de vínculos.

·         Con padres, hermanos, educadores… base de su desarrollo social (explorar el entorno si se siente cómodo, afectivo, estimulación…).

·         El mantenimiento de estos vínculos llevan al niño a la conducta prosocial.

·         Empatía, apego y la amistad configuran una forma de unión al grupo y mediatizan su desarrollo social.

-          Procesos conductuales: conformación social de la conducta.

·         Adquisición de conductas socialmente deseables y conductas (HH.SS.) prosociales y evitación de aquellas juzgadas como antisociales.

·         Esto requiere control sobre la conducta y motivación para actuar así.

·         Motivaciones basadas en:

§  La moral (interiorización de las normas).

§  El razonamiento sobre la utilidad social de estos comportamientos.

§  El miedo al castigo o a perder los favores de los demás.

GOLEMAN:

-          Emociones Intrapersonales:
·         Autorregulación.

·         Autoconocimiento.

·         Automotivación.

-          Emociones Interpersonales:
·         Empatía.

·         HH.SS.

Sobrecorrección: técnica cognitiva-conductual que implica la restitución del daño a través de la empatía y el autocontrol. Ejemplo: María ha pegado a Pepe. “María dale un besito a Pepe y pídele perdón”.
Inundación: exigencia de la conducta errónea de manera impuesta y excesiva. Ejemplo: una niña quiere sí o sí hacerse la merienda, insiste y no quiere esperar. “Vale, hazte el sándwich, y también el mío, el de tu hermano y el de tu primo”.

Economía de fichas (costo de respuestas): supone dar refuerzos acumulables que a largo plazo son canjeables por un refuerzo mayor. Ejemplo: “un gomet por cada conducta deseada y tras tantos conseguir una excursión a la montaña. Se pueden quitar si vuelve a hacer algo mal”.

Agentes de socialización.
Son las personas o instituciones que ejercen su influencia sobre el niño e inciden en su desarrollo social. Los principales agentes de socialización son la familia, la escuela y el grupo de iguales aunque también la televisión y otros medios de comunicación.

LA FAMILIA: (estilos educativos familiares)

Están determinados por dos dimensiones básicas:

1)      Tiene que ver con el tono emocional de la relación.
2)      El tipo de conductas que se establecen para ir marcando las normas y límites.

Estas dos dimensiones se subdividen en una serie de aspectos:

-          El afecto determinado por la expresión de las emociones.
-          La comunicación referida al grado de interacción y participación de los hijos en la relación familiar.
-          El control, referido a cómo se establecen y gestionan las normas de la familia.
-          Las exigencias de madurez, referido a la responsabilidad y autonomía que se demandan y esperan del menor.
Además de estos cuatro aspectos hay que considerar la influencia en la vida familiar, los cuales se combinan estos de diferente forma en los estilos educativos: autoritario, permisivo, negligente y democrático.

Es en el hogar donde se fraguan los cimientos y se establecen las bases sociales y afectivas. La familia constituye el primer agente de socialización y es en ella donde interacciona por primera vez con otros seres de su misma especie. Estas primeras experiencias sociales son determinantes, porque constituyen las bases para el establecimiento de las futuras relaciones sociales y de los vínculos afectivos con otros miembros de la sociedad.
Durante un cierto tiempo constituye el único entorno de desarrollo. Actúa como un filtro sobre el resto de los agentes socializadores ya que son la madre/padre quieres deciden (no el bebé).

En el entorno familiar se realizan los primeros aprendizajes.
Padres e hijos, simplemente por el hecho de convivir, están interaccionando y por tanto se está produciendo una transmisión de valores, ideas, actitudes y aprendizajes. A consecuencia de la incorporación de la mujer al mundo laboral y debido a cambios culturales referentes al papel del hombre, el padre ha pasado a asumir algunas de las responsabilidades que antes eran patrimonio exclusivo de la madre.
En cuanto a las relaciones con los hermanos, se trata de relaciones significativas de por vida. Se aprende a pelearse y a resolver conflictos y a compartir y a querer. Son relaciones claramente ambivalentes, por la cantidad de emociones opuestas que en ellas se depositan.

Los motivos que determinan la calidad de la relación entre los hermanos son varios: la similitud en el temperamento (choca), los intereses comunes facilitan la relación, la forma de acoger al nuevo hermano por parte de los padres (compartiendo responsabilidades…), la relación de cada uno de los hermanos con los padres…. Pueden aparecer los celos entre hermanos por la relación de los padres con su/s hermano/s.

LA ESCUELA:
Para los niños es una de las formas más evidentes de entrar en contacto con la sociedad, una institución organizada para la transmisión de contenidos y formas de comportarse socialmente deseables. Es como una sociedad en miniatura, se hace evidente la necesidad de respetar ciertas normas de convivencia.

El tipo de relaciones que se establecen en la institución escolar son diferentes a las establecidas en el marco familiar. A pesar de la proximidad y del afecto existente en la escuela y de que se trata de interacciones que se pueden considerar privilegiadas, el grado de intimidad en las relaciones no es como el que se encuentra en la familia y la manera de establecer las normas (más rígidas en la escuela, menos rígidas en el hogar).
Desde muy pequeños, los niños van aprendiendo habilidades sociales, formas de comportarse y de resolver conflictos, valores, normas, etc… la formación el autoconcepto, la autoestima y las primeras relaciones de amistad también encuentran un espacio importante en la escuela.

Los factores escolares que influyen en el desarrollo social  son: el número de niños que forman el grupo-clase. El estilo educativo y las actitudes de la educadora, las expectativas que se crean sobre cada niño, las características físicas y las instalaciones del centro, etc…

EL GRUPO DE IGUALES:

Son las personas adultas las que promueven estos primeros encuentros entre niños de muy corta edad.

Las primeras relaciones con otros niños de edad similar tienen lugar en el contexto familiar (hermanos, hijos de amistades-familiares-vecinos…). Los pequeños aprenden enseguida a distinguir  entre los compañeros de juego esporádicos y los habituales.

Es a partir del momento en que los niños pueden desplazarse cuando podemos hablar propiamente de relaciones entre iguales. Hacia los dos años ya son capaces de una amplia gama de habilidades sociales complejas y cooperativas (respetar turnos, compartir juguetes y espacios…). Existen dificultades y conflictos entre iguales: peleas agresivas y de autoafirmación, etc…

Participando en situaciones de interacción (Bandura, aprendizaje por observación), los niños aprenden HHSS y también formas de comportamiento menos adecuadas, como conductas agresivas y de autoafirmación.

La calidad de las relaciones va mejorando a lo largo de la infancia, a medida que los pequeños van creciendo y se hacen más competentes socialmente y van abandonando poco a poco su egocentrismo.

LA TELEVISIÓN:

Los medios de comunicación social y la televisión, son hoy en día agentes de socialización de primera línea. Podríamos considerarlos como una escuela paralela que constituye la educación incidental.
La televisión está presente en la vida de los niños desde edades muy tempranas y reaccionan a lo que se proyecta en la pequeña pantalla.

Otra cuestión importante es la cantidad de tiempo que pasan delante del televisor y otras pantallas de videojuegos. El tiempo que dedican a esta actividad se resta a otras actividades socializadoras como los juegos, los paseos o la lectura de cuentos, actividades muy importantes para su desarrollo social. Es necesario regular el tiempo y los contenidos que ven en la televisión.

La televisión como portadora de nuevos valores y modelos sociales.
Proporciona modelos diferentes de comportamiento que muchas veces no coinciden con las de la familia, lo cual puede ser enriquecedor ya que aun siendo opciones y formas de vivir distintas, no provocan un conflicto. Pero también pueden entrar en conflicto con los valores y normas de la propia familia. Es beneficioso cuando se transmiten modelos de comportamiento adecuados, pero la presencia de otros modelos demasiado distintos del familiar puede desorientar al niño.

 
TEORÍAS EXPLICATIVAS

ü  COGNITIVA: PIAGET, VIGOTSKY
ü  CONDUCTISTA: PAVLOV, SKINNER
ü  SOCIAL: BANDURA
ü  PSICOANALÍTICA: FREUD, ERIKSON
 
TEORÍAS DEL APRENDIZAJE SOCIAL: ALBERT BANDURA
Los pequeños aprenden la mayoría de las conductas imitando el comportamiento de otras personas, especialmente de las que son más significativas para ellos.
El bebé se da cuenta rápidamente de que con la imitación de las conductas de sus progenitores, estos le recompensan con sus caricias y atenciones.

No todas las conductas han de ser ensayadas previamente para ser aprendidas, ya que si esto fuese así no habría tiempo material de realizarlas todas. Al observar las conductas de otras personas y sus consecuencias, se aprenden nuevas respuestas sin tener que ejecutarlas uno mismo.

TEORÍA SOCIOCULTURAL DE VIGOTSKY: Ley de doble formación de los procesos psicológicos superiores.
Vigotsky considera que los procesos psicológicos del ser humano tienen un origen social.

Todo proceso psicológico superior aparece siempre dos veces en el desarrollo del ser humano.

-          Primero a nivel interpsicológico: entre personas.
-          Segundo a nivel intrapsicológico: en el ámbito interno e individual.

Entre ambos tiene lugar la interiorización, que es una reconstrucción interna de una operación realizada de forma externa. Explica esta ley a partir del lenguaje y considera que existen momentos diferenciados en la adquisición y el uso del mismo:
-          De 1 a 3 años: el niño habla para comunicase con las personas de su entorno próximo, el uso del lenguaje tiene función meramente comunicativa (interpersonal). De afuera al niño.

-          De 3 a 5-7 años: el pequeño acompaña cada una de sus acciones con las verbalizaciones correspondientes. Esta forma de lenguaje audible que uno hace para sí mismo se denomina habla egocéntrica o privada. Ayuda al niño a pensar y organizar lo que está haciendo. Verbalizan el lenguaje interno.

-          A partir de los 5-7 años: el niño ya no necesita acompañar cada uno de sus actos con la frase correspondiente. Gracias a un proceso de interiorización, la autoconversación se convierte primero en un susurro y más tarde aparece el lenguaje interiorizado, que sirve para organizar las acciones y ordenar el pensamiento. No es audible y tiene un uso intrapersonal.

Nivel de desarrollo real y potencial y zona de desarrollo próximo
Hace una distinción entre lo que una persona puede realizar sola y lo que puede hacer con la ayuda de otra persona más capaz que ella, utilizando los conceptos de:

-          NDR: actividades que una persona puede hacer de manera independiente, sin necesidad de la ayuda de nadie.

-          NDP: lo forman aquellas actividades que una persona puede realizar con ayuda de otra y que previsiblemente la persona podrá realizarlas más adelante ella sola sin ayuda.

-          ZDP: entre ambos niveles de desarrollo. La persona adulta o más capaz interviene proporcionando las ayudas ajustadas para facilitar el paso de un nivel de desarrollo potencial a uno real.
La educación ha de actuar en la zona de desarrollo próximo, proporcionando las ayudas necesarias para fomentar el desarrollo del niño. El trabajo de educadores debe centrarse en cómo proporcionar las ayudas, teniendo presente que nunca deben ser permanentes, sino que es tarea educativa retirarlas a tiempo, cuando el niño ya no las necesita, de manera que pueda convertirse en una persona autónoma.

__________NDR___________/__________ZDP__________/__________NDP__________

   Nivel de Desarrollo Real               Zona de Desarrollo Próximo         Nivel de Desarrollo Potencial

La teoría sociocultural y la educación.
Dado que la ayuda en la ZDP la debe proporcionar alguien más capaz, las diferencias en el rendimiento y las capacidades de los alumnos, lejos de constituir una dificultad en el aula, pueden ser contemplados como un elemento que facilita el aprendizaje.

La interacción social con otras personas, incluso con las más pequeñas, es fuente de aprendizaje y promueve el desarrollo.

LA TEORÍA PSICOSOCIAL DE ERIKSON.

-          Afirma que el desarrollo psicosocial tiene lugar a lo largo de la vida y no únicamente en la primera parte.
-          Considera que las etapas del desarrollo psicosocial no se centran en una parte del cuerpo (Freud), sino en la relación que la persona establece con el entorno.
-          Otorga a los elementos sociales una importancia que la teoría freudiana no le da.

La psicología del yo.
Erikson pone énfasis de su teoría en el yo, como elemento esencial y organizador de la vida de la persona.

Las personas que forman el entramado de relaciones sociales son diferentes en función de la edad del individuo y pueden ir desde la madre a los abuelos, maestros, compañeros… hasta la sociedad en general. El yo establece con las demás personas una relación diferente en cada una de las etapas del desarrollo psicosocial.

Las relaciones que se establecen en un medio concreto y en una cultura determinada, influyen y condicionan la manera en que se van a establecer esas relaciones. Existe una retroalimentación entre el yo, las relaciones que establece este yo y el medio y la cultura donde estas tienen lugar.

Etapas del desarrollo psicosocial de Erikson:
Además de las etapas del desarrollo sexual ya contempladas por Freud y teniendo en cuenta los aspectos sociales, Erikson considera otros periodos y habla, de ocho etapas en el desarrollo psicosocial del ser humano, que tienen lugar a lo largo de toda la vida.

En cada una de las fases del desarrollo psicosocial hay una dificultad que se debe superar: una crisis del desarrollo. Las formas extremas de resolver cada una de estas crisis dan nombre a cada una de las etapas, para poder pasar de forma adecuada de una etapa del desarrollo a la siguiente, lo deseable es encontrarse cerca del polo positivo de este continuo (sin se avanza, pero erróneamente).
Hay que constatar que, generalmente, las personas encuentran la salida a las crisis de las diferentes etapas en las zonas intermedias y no en los extremos de cada una de ellas.

 
Etapa 1. Confianza frente a desconfianza
Hasta el año de edad. La figura principal de relación es la madre y es ella la que proporciona la confianza. La crisis de esta etapa es el destete (físico y psicológico). Lo importante es que desarrolle la confianza sin eliminar completamente la capacidad de desconfiar.

Etapa 2. Autonomía frente a vergüenza y duda
De 1 a 3 años. Es un periodo de mucha actividad independiente por parte de la niña (deambulación, control de esfínteres, dominio del lenguaje…). Si en la realización de estas actividades se siente capaz y autosuficiente, se habla de autonomía. A veces puede sentirse criticado y dudar de sus posibilidades, generando vergüenza y duda. Lo deseable es que se logre la autonomía aunque conservando un toque de vergüenza y duda para evitar que se desarrolle un exceso de impulsividad.

Etapa 3. Iniciativa frente a culpa
Entre los 3 y 6 años. Los niños quieren hacer muchas actividades con iniciativa y creatividad, lo que supone contrariar a los padres algunas veces generando sentimientos exagerados de culpa en el niño (lo pueden demostrar con rabietas). Si la etapa se supera  por el polo negativo hablamos de culpabilidad. Demasiada iniciativa tampoco es conveniente porque puede derivar en crueldad.

TEORÍA ECOLÓGICA DE BRONFENBRENNER
Pone el énfasis en el análisis de los entornos o contextos en los que se produce el desarrollo del ser humano y en las relaciones que se generan entre ellos como determinantes del mismo.

El desarrollo del ser humano se ve afectado en los diferentes contextos en los que participa, los cuales van variando y modificando a lo largo del ciclo vital de la persona.
Los contextos de desarrollo: los contextos son como estructuras concéntricas, incluidas una dentro de la otra.

Microsistema: es el contexto inmediato de desarrollo. Familia, escuela, trabajo.
-          Se producen relaciones interpersonales directas (cara a cara).
-          La persona asume un determinado rol.
-          Hay comportamientos  que se espera que se den y otros que no. Expectativas.

Mesosistema: es un sistema de microsistemas. Los contextos correspondientes deben constituir microsistemas para la persona como las relaciones que se establecen entre el trabajo y la familia. La familia y la escuela.

Exosistema: la persona no participa de forma directa en los exosistemas, pero todo lo que tiene lugar en ellos influye en lo que ocurre en el resto de contextos del desarrollo (familia extensa, amistades de los padres, asociaciones de vecinos…). El impacto de lo que se produce en estos contextos no afecta de forma directa a la persona, ya que no son contextos inmediatos pero su influencia es evidente.

Macrosistema: es más global y externo. Ejerce su influencia sobre todos los demás sistemas de desarrollo. Incluye aspectos relacionados con la cultura, las ideologías y las creencias predominantes, que determinan que diferentes contextos sean similares y se pueda hablar de una cierta coherencia entre ellos (país, cultura…)
Es importante destacar que el desarrollo se ve favorecido cuando las relaciones entre contextos diferentes son bidireccionales.

LA SOCIABILIDAD EN LA INFANCIA
El conocimiento social es uno de los aspectos más importantes de la socialización del ser humano. Tener conocimientos sobre uno mismo, sobre los demás y sobre las relaciones que establecen las personas entre ellas son cuestiones importantes del desarrollo social.

El conocimiento de uno mismo: a partir del año de edad los niños empiezan a ser conscientes de que constituyen seres independientes y separados de los otros.

El autorreconocimiento y el yo categórico.
El autorreconocimiento aparece entre los 15 y 24 meses y constituye un requisito previo a cualquier tipo de autoconocimiento o de autovaloración de la persona.
En esta primera fase los niños manifiestan conductas que testimonian su autoconsciencia como son los sentimientos de competencia e incompetencia que, expresados en forma de alegría o de enfado son muestras de la manifestación de un yo que empieza a medirse en contraposición a la realidad.

A partir de los 2 años, la aparición de la función simbólica y del lenguaje, promueve el desarrollo de un yo categórico (referidos a su aspecto físico, sexo, edad…).

La formación del autoconcepto

Entre los 2-6 años, a raíz de sus experiencias con otras personas, los niños van interiorizando un concepto de sí mismos. Incluye las creencias sobre las capacidades, habilidades, valores… que una persona considera que le son propios.
En edad preescolar creen que pueden hacerlo todo y que lo hacen bien. Hacia los 3 años sobrestiman sus capacidades de forma sistemática.

La creciente posibilidad a lo largo de toda la vida de tomar perspectiva y leer o imaginar lo que las otras personas piensan de uno mismo, es un factor crucial para el desarrollo del autoconcepto y dará lugar a modificaciones en el mismo.
Inicialmente se basa en características muy concretas (físico, posesiones, actividades habituales…) y es a los 8-10 años que se produce un cambio en las autodescripciones que realizan incorporando los rasgos de personalidad de forma habitual.

El desarrollo de la autoestima.
La valoración del autoconcepto da lugar a la autoestima. Puede ser positiva (alta) o negativa (baja). La forma de valorar lo que uno cree que es origina una aut. global o valoración general.

Las comparaciones sociales y las evaluaciones de los demás que tienen lugar en la edad escolar inciden en una cierta disminución de la autoestima, ya que los niños detectan que ni pueden hacerlo todo ni todo lo que hacen lo hacen correctamente.

El conocimiento de los otros:

La percepción del otro: las primeras descripciones que hacen los niños de otras personas incluyen aspectos concretos y observables de ellas. Progresivamente van incorporando características psicológicas en las definiciones. Luego empiezan a nombrar rasgos más detallados como “es buena o simpática”. Cuando empiezan a compararse con los demás, también comparan a las otras personas entre ellas. Primero suelen compararse físicamente pero luego incluyen también la forma de ser.

La comprensión de las intenciones y la toma de perspectiva
Entre los 2’5-3 años, la toma de perspectiva permite comprender las intenciones de otros, pero se trata de algo difícil de entender para los niños ya que a veces las personas adultas actúan con intenciones enmascaradas y sin decir realmente todo lo que sienten o desean.

En términos generales, los niños a partir de los 3 años, ya saben que las personas tienen un interior que no se ve y que sienten, piensan y tienen motivos que los empujan a actuar de formas diferentes. La mayoría interpretan bastante bien las intenciones de los demás, aunque la excepción la constituyen los niños que son muy agresivos, los cuales presentan dificultades en la toma de perspectiva, infieren cosas que no se corresponden con la realidad, obran con suspicacia y detectan hostilidad donde no la hay. Se trata de niños que presentan dificultades en sus relaciones sociales, que mejorarían el conocimiento y las relaciones con los demás en un entrenamiento en la toma de perspectiva y en habilidades sociales. Entrenar en la asertividad y saber rechazar lo que es molesto.

Las relaciones entre personas

La amistad
En la primera infancia cualquier compañero de juego se convierte directamente en un amigo. Durante la 2ª infancia el nº de amistades se reduce a un pequeño grupo y a partir de los 10 años las amistades quedan limitadas a 1-2 amistades íntimas.

Los conflictos en las relaciones interpersonales
Generalmente los conflictos o problemas de convivencia se viven como algo negativo que se desearía que no existiese. En todas las relaciones sociales surgen, en determinados momentos, situaciones difíciles y conflictivas.

SIEMPRE QUE HAY RELACIÓN HUMANA HAY CONFLICTO POSITIVO O NEGATIVO. NEGATIVO ES CUANDO NO SE SUPERA.

Los conflictos son algo que forma parte de las relaciones humanas, al igual que las emociones negativas, pero esto no significa que no se pueda hacer nada al respecto. Hay que aprovechar la ocasión que brinda un conflicto para aprender sobre la resolución del mismo.
Entre los niños acostumbran a ser mucho más frecuentes las interacciones positivas que los conflictos. Es importante tenerlo claro ya que así se aligeran las dificultades que van surgiendo con la convivencia diaria. Esto no significa que haya que dejar pasar cualquier cosa que ocurra, bajo el amparo de que “como es lógico que haya conflictos no hace falta intervenir”. Sin embargo antes de actuar es bueno observar primero a ver si  por sí mismos pueden resolverlo porque si intervenimos propiciamos una mayor dependencia de los pequeños respecto a las personas adultas.

Los conflictos son inevitables y educativos. Es determinante que las personas implicadas en el conflicto tengan un buen conocimiento de sí mismas, sean emocionalmente competentes, dispongan de HH.SS. y muestren un comportamiento asertivo para poder resolverlos de forma adecuada.

Los grupos entre iguales (0-7 años):
-          0-1 año:

·         Relación de dependencia con figura de apego (madre/padre y/o educadora)
·         No existe  prácticamente ninguna relación entre iguales.

-          1-2 años (ya camina):
 
·         Actitud centrada en sí mismo y atención del adulto.
·         Relación con otros por curiosidad (objetos de exploración) y rivalidad por la atención del adulto.
·         Juegan en paralelo y conflictos por el uso de los mismos juguetes.

-          2-3 años (caminan-corren-hablan):

·         Se buscan para estar juntos en grupos de máximo 2-3 niños.
·         Actúan más uno al lado del otro que juntos.
·         Les cuesta ponerse en el lugar del otro y controlarse motrizmente, esperar su turno de juego o esperar para hablar cuando termine el otro.

-          4-7 años:

·         Se amplía el número de miembros del grupo a 4-5.
·         Empieza la verdadera relación entre iguales (primeros amigos).
·         Etapa que escuchan al otro, saben lo que dicen, se critican y buscan elogios de su grupo de iguales.
·         Ve las ventajas de la cooperación y establece relaciones duraderas.
·         Las normas de espera y turno se hacen más comprensibles y aceptables.
·         Se inicia el juego asociativo con otros (juegos cooperativos).
·         Avanzada esta etapa, colaboran en juegos de normas y reglas propuestas y corregidas por ellos (requiere un desarrollo cognitivo mayor).

 
INTERVENCIÓN EDUCATIVA. CÓMO FAVORECER EL DESARROLLO SOCIAL

-> El contexto donde los niños se desarrollan:
El desarrollo social de cada niño depende de cómo actúen las personas significativas y, en especial, de cómo se aborde la cuestión de los límites. Pero también son determinantes las relaciones con hermanos, amistades y todos sus iguales. También es importante el conocimiento sobre la sociedad que el niño va adquiriendo, así como los formatos de actuación en comunidad en distintas situaciones que va conociendo e incorporando como propios. Ante todo este cúmulo de aprendizajes el niño intenta encontrar su sitio a la vez que va creciendo y adquiriendo nuevas capacidades que le permiten conocer mejor el mundo y relacionarse con él de nuevas maneras (diferenciarse de las demás personas, individualidad).

-> Actividades de intervención en el aula:
Los cuentos y el desarrollo social: además de los cuentos populares y tradicionales, podemos encontrar numerosos cuentos con personajes más actuales que abordan todo tipo de cuestiones referidas a cualquier ámbito de nuestra vida.
En la etapa educativa previa a la escolarización obligatoria, es el cuento, ya sea oral o escrita o vivenciado, uno de los elementos primordiales de enseñanza y socialización. Mientras lee, mira o escucha esos cuentos y las historias que explican, además de disfrutar, aprende otras cuestiones como a interpretar sus emociones y sus sentimientos, a utilizar bien los elementos comunes, a cuidar bien lo que es de todos, a respetar a los demás, a cumplir las normas establecidas, a aceptar los límites, a aprender a hacer las cosas entre todos o a valorar que existen otras personas con sentimientos, emociones, actitudes y maneras de hacer diferentes a las propias (roles masculino y femenino). Los cuentos culturales para aprender nuevas culturas y no discriminar…

El juego sociodramático: los niños representan a dos tipos de personajes: los ficticios y los estereotipados. En estos juegos pueden expresar sus miedos y modificar la realidad en función de sus fantasías y deseos. Aprenden a negociar y a pactar para resolver los conflictos y las dificultades que aparecen mientras juegan. Pueden ir modificando las normas e improvisando nuevas situaciones.

Juego de acoso y derribo o juego de lucha: el juego físico (turbulento) se presenta sobre los 3 años e imita la agresión. Se trata de un simple juego universal que aparece en todas la culturas, aunque su incidencia varía en cada una de ellas. Es más habitual y ruidos en los niños que en las niñas.  Permite medir las propias fuerzas y manejar las distintas formas de expresión de la agresividad. El pequeño puede darse cuenta de hasta qué punto puede ser bruto sin dañar a su compañero. Permite una manifestación controlada de la agresividad que facilita la contención emocional y social

Juegos y actividades cooperativas: tienen como finalidad la consecución de un objetivo común por parte del grupo, lo cual supone una mayor interacción y colaboración entre sus componentes. Se pueden empezar a programar a partir de los 3 años, teniendo en cuenta que con los más pequeños hay que dar el mínimo de instrucciones y de la forma más clara. Hay actividades que favorecen la cooperación entre todo el grupo, como la realización de un mural con pinturas entre todos para decorar el aula, que se pueden llevar a cabo con niños menores de 3 años.

Los objetivos que se persiguen con estas actividades son: favorecer un ambiente participativo que estimule la relación, fomentar la aceptación de todos, incrementar la cohesión de grupo, fortalecer la autoestima y la seguridad de cada componente, disminuir la ansiedad  que provocan las relaciones sociales y priorizar la cooperación frente a la competitividad.

Cuentos y juegos interculturales: son herramientas para facilitar la convivencia de todos los niños en el grupo, siempre desde una perspectiva intercultural. Desde la escuela infantil podemos favorecer la interculturalidad  y la socialización incorporando recursos propios de la cultura de las familias recién llegadas como: juegos, cuentos, canciones, fábulas, leyendas u otras manifestaciones culturales de sus países de origen.

No siempre es fácil conseguir estos recursos a que los niños son muy pequeños y no tienen suficiente capacidad para expresarlos y, sus familias, a menudo desconocen nuestra lengua.

-> El establecimiento de límites:
El proceso de socialización conlleva aprender qué es lo que está permitido hacer y lo que no lo está en un momento determinado. La función de la educadora consiste en poder establecer unos límites claros para que el pequeño sepa cuál es el marco dentro del que puede moverse.

Reglas que nunca se pueden romper: tienen que ver con todo aquello que pueda suponer infligir daño a otra persona o a uno mismo (pegar a otro o darse golpes). Ante esos comportamientos la respuesta del adulto debe ser firme, al tiempo que se le explica al niño el porqué del límite que se está marcando. Dicha respuesta debe ser la misma en todos los casos que se produzcan comportamientos similares. Lo óptimo es que tanto en la familia como en la escuela los patrones de actuación sean los mismos (reglas rojas).

Reglas sujetas a negociación: son cuestiones ligadas a la convivencia diaria en las que sí puede haber negociación. Es importante tener en cuenta la individualidad. Tenemos que desenvolvernos en el terreno de la paciencia y la constancia, el margen de negociación es variable. Son las más difíciles de aplicar porque ante un mismo hecho a veces habrá que ser riguroso en el cumplimiento de las mismas y otras se podrá ser más permisivo (reglas rosas).

Reglas que hay que cumplir por imperativo: no entrañan peligro para nadie, tampoco hay margen de negociación posible (llegas tarde al trabajo y el niño quiere cambiarse la ropa). En la vida adulta, a veces las cosas hay que hacerlas simplemente porque toca, también es importante para el desarrollo social de los niños que vayan aprendiendo que a veces las cosas hay que hacerlas sin más.

ENTRENAMIENTO EN HABILIDADES SOCIALES
HH.SS.: comportamientos que permiten establecer una relación favorable con aquellas personas con las que se interacciona. Conjunto de capacidades de actuación aprendidas y que en término social las enmarca en un contexto interpersonal.

El comportamiento asertivo: expresión de los propios sentimientos, defensa y respeto de los derechos propios y ajenos.
El comportamiento agresivo: imposición de criterios, pensamientos y opiniones propias y falta de respeto a los demás.
El comportamiento pasivo o inhibido: anulación de los derechos, ideas y opiniones propias y la supeditación a las de los demás.
 
¿En qué consiste un programa de entrenamiento en HH.SS?
Son conductas aprendidas, no innatas, y no constituyen rasgos de personalidad. Para aquellos niños quienes el medio no les ha proporcionado suficientes experiencias y modelos para aprender dichas conductas, se podrán planificar e implementar programas de entrenamiento para que adquieran las habilidades de las que carecen o modifiquen aquellas de las que ya disponen pero que no activan adecuadamente. Generalmente se basa en:

-          Toda conducta que va seguida de una recompensa tiende a repetirse en el futuro y una conducta que no obtiene recompensa desaparece.
-          Muchas conductas se aprenden por observación imitando lo que hacen otras personas.
-          Las conductas que van seguidas de consecuencias desagradables tienden a desaparecer (castigo +/-, refuerzo +/-)

DIFICULTADES Y CONFLICTOS EN EL DESARROLLO SOCIAL

-> Comportamientos con alto nivel de actividad:
Niños y niñas muy movidos: algunos niños sin que puedan considerarse hiperactivos, presentan un comportamiento muy movido: nunca se están quietos e intervienen e interfieren continuamente en las actividades propuestas.
Durante los 3 primeros años de vida este tipo de conducta puede ser vivido de forma diferente en cada escuela infantil, según la metodología y el planteamiento que tenga, en función de la organización que exista o de la libertad que tengan a la hora de realizar las actividades.
Trastorno por déficit de atención con hiperactividad: entre los 2-6 años, remite durante la adolescencia.

Signos de alarma y pautas de detección:
-          Gran actividad a nivel motriz: no se están nunca quietos.
-          Impulsividad o falta de autocontrol: contestan antes de formular la preguntan o no saben guardar turno.
-          Déficit de atención: tienen dificultades para mantener la atención, no escucha cuando se le habla, pierden objetos y materiales o se distraen fácilmente.
 
Cuando se habla de hiperactividad no es suficiente con que se presente sólo alguna de las conductas ejemplificadas, sino que se han de dar todas ellas, con unas frecuencias determinadas y en unas circunstancias concretas. A menudo también se asocian a la hiperactividad: la agresividad, el negativismo y la labilidad emocional (de la euforia al llanto).

Comportamiento de los niños hiperactivos:
Son difíciles de gestionar, en el aula molestan a sus compañeros, interrumpen, no atienden a las consignas, se levantan, tienen dificultades para escuchar, se mueven constantemente sin ir a ningún lado y no pueden prestar atención, son impacienten y dificultan la relación grupal (comportamientos disruptivos).
Tienen escasa consciencia del peligro, tienden a sufrir accidentes y caídas con frecuencia. Supone una limitación para el aprendizaje escolar y repercute de forma negativa en el entorno social del pequeño.

Evaluación y tratamiento:
Además de estudiar los déficits de atención, el nivel de inteligencia y el comportamiento general del niño, el psicólogo también se entrevista con la familia y el niño y puede hacer una observación de su comportamiento en casa y la escuela. El tratamiento puede consistir en una terapia de tipo psicológico que puede ir acompañada o no de la administración de algún tipo de medicación.
Hay que diferenciar al niño movido del hiperactivo. Los niños hiperactivos se mueven porque sí, sin un objetivo concreto (se levanta, va por todo el aula y “oh, un camión”). El niño movido tiene un objetivo (“oh, un camión” y se levanta).
El comportamiento agresivo: en la infancia son mucho más frecuentes las conductas amistosas que las agresivas. Todos los niños manifiestan alguna vez este tipo de conductas.

Evolución de los rasgos agresivos en el desarrollo social:

Alrededor del año y medio o 2 años, los niños tienen suficiente capacidad emocional y cognitiva para sentir enfado o frustración ante algo que quieren y no pueden obtener; además su capacidad motora les permite hacer los movimientos adecuados que les lleven a conseguir su deseo, desplazarse, alargar su mano para alcanzar algo o para pegar a alguien, etc.
Este tipo de comportamientos supone dificultades en la convivencia diaria en los centros educativos y hay que buscar en cada momento la mejor estrategia para actuar (retirada de atención, por ejemplo).
Con la aparición del lenguaje cambia su forma de agresión. En el 2º ciclo la agresión física se ve sustituida por la agresión verbal: aparecen los insultos y las burlas. La forma de los mismos y su intensidad viene muy determinada por los modelos que se le ofrecen al pequeño (modelado). Durante este periodo irán disminuyendo las interacciones agresivas, sea a causa de la negociación aprendida en la interacción con sus iguales (gracias a los juegos de reglas…) o por las intervenciones de las personas adultas.
Sin embargo algunos niños tienen un comportamiento que se puede calificar de altamente agresivo. Suelen manifestar poca tolerancia a la frustración y no saben distinguir en los demás si una acción ha sido realizada sin intención de causar daño, por eso suelen responder agresivamente ante cualquier provocación o acción que les molesta. Si este tipo de conductas persisten pueden llegar a tener dificultades para adquirir un buen autocontrol.

Tipos de agresividad:
Agresividad adaptativa:
Forma parte del desarrollo normal del ser humano y constituye una respuesta lógica ante la frustración. Alrededor de los 2 años aparecen muchas de estas conductas de oposición como las crisis, rabietas y llantos, que intentan oponerse a la voluntad de la persona adulta para imponer los propios deseos. Es un comportamiento de autoafirmación.
Al mismo tiempo el niño está averiguando hasta qué punto puede conseguir lo que se propone y cuáles son las consecuencias de comportarse agresivamente.
Este tipo de comportamientos de agresividad adaptativa alcanza su máximo entre los 2-3 años y va disminuyendo progresivamente hasta los 5, ya que a través de la socialización los niños también van aprendiendo otras formas de expresarse.
A esta edad los niños agreden generalmente sin intención de hacer daño se denomina agresión instrumental. Cuando hay intención de causar daño se llama agresividad hostil no adaptativa.

Conductas agresivas no adaptativas:
Son las agresiones que se utilizan para resolver conflictos y suponen unos costes personales mayores que las ganancias que conllevan. Deterioran las relaciones sociales y originan problemas de convivencia importantes.
Para atenuar este tipo de agresividad, los programas de entrenamiento en HH.SS., la utilización de la empatía y el aprendizaje de técnicas de negociación para resolver conflictos acostumbran a ser el tratamiento que mejores resultados proporcionan.
Aunque los niños agresivos suelen estar mal valorados entre sus compañeros, generalmente no les preocupa el rechazo porque confían en que la agresión les hará obtener siempre algo beneficioso y aumentan su autoestima. En la adolescencia cambia porque encuentra rechazo entre los iguales.

Trastorno de conducta disocial:
Tipos de conductas agresivas más graves que se manifiestan a partir de los 10 años y adolescencia en las que la violencia es gratuita. La conducta agresiva es peligrosa y antisocial, es un trastorno de conducta que requiere un tipo de intervención y tratamiento diferente, debido a su significación clínica ya que es un problema clínico serio.
Las posibles causas son pertenecer a familias con problemáticas importantes: maltrato infantil, alcoholismo, pobreza,… El tratamiento, debido a que no hay sentimiento de culpa ni consciencia de enfermedad, el número de fracasos terapéuticos es elevado. La prevención es esencial. Se debe intervenir para reforzar la autoestima, enseñar a controlar la agresividad y potenciar las HH.SS.

Posibles causas de la agresividad infantil:
Parece claro que la adopción de modelos de comportamiento agresivo está vinculada de forma determinante a una socialización deficiente. Como educadores, son las variables de socialización las que nos interesan porque es sobre las que podemos intervenir.
El tipo de juegos y juguetes pueden influir para favorecer conductas más agresivas en los niños. No todos los científicos están de acuerdo en que la violencia televisiva ejerza influencias negativas, pero sí es un factor a tener en cuenta ya que la violencia emitida por los diferentes medios de comunicación y ocio (videojuegos, películas), tanto con personajes reales como animados, podría ayudar a generar conductas agresivas. También hay que piensan que  liberan su agresividad a través de ellos (catarsis).
Uno de los aspectos más determinantes en el desarrollo de la agresividad infantil es el comportamiento agresivo de los padres y las conductas de rechazo o distanciamiento hacia sus hijos, así como los continuos conflictos que se producen en muchas parejas.
En estudios realizados en muchos hogares en los que habitan niños con problemas de agresividad, se ha viso que las relaciones familiares suelen ser problemáticas. Los niños de estas familias aprenden pronto que, cuando alguien les molesta o quieren conseguir algo, la mejor respuesta es la coacción o la intimidación. Las madres y padres de estos niños problemáticos pocas veces refuerzan las conductas prosociales y tienden a utilizar medios agresivos para corregir las malas conductas. Esto provoca que los niños sean cada vez más resistentes al castigo (habituación a que les peguen).
Como la convivencia implica interacción, los niños muy activos o irritables pueden generar en sus padres conductas más agresivas que los niños más tranquilos. Estos jóvenes pueden acabar relacionándose únicamente con personas que experimenten sus mismos problemas, así se forman grupos donde se retroalimentan las conductas disfuncionales. Se explica por el ciclo de coerción de Patterson.
 
CICLO DE COERCIÓN DE PATTERSON:
Se centra en individuos que inicial actividades sociales desde una edad temprana (4 etapas):

1)      En la familia: prácticas educativas no adecuadas. El niño percibe que sus conductas negativas le resultan beneficiosas.
2)      En la escuela: unas pautas educativas familiares inadecuadas inciden en la carencia de HH.SS. de relación con sus compañeros; además si ha evitado tareas difíciles le costará desarrollar habilidades académicas.
3)      En iguales desviados: ante el fracaso académico buscará relacionarse con iguales a él: se da un aprendizaje con iguales desviados y perfeccionamiento de habilidades antisociales.
4)      Desempleo: dificultades para adquirir habilidades y aprendizajes que le lleven a lograr un trabajo estable (desarrollo de proceso antisocial duradero). 

ü  No plantea que el fracaso de una etapa sea irreversible (la escuela tiene carácter compensador).
ü  Tampoco es necesario que se pasen por todas las etapas.
ü  Importancia vital que existan unas normas y límites en el seno familiar.
Ø  La adquisición de normas en la infancia favorecerá un desarrollo positivo: AUTORREGULACIÓN.

Dificultad para entablar relaciones sociales
- Timidez extrema:
Establecen poca relación con sus compañeros, se muestran apáticos y recelosos e incluso evitan participar en juegos de grupo. Viven las relaciones sociales con tensión y ansiedad y optan por refugiarse en su recogimiento, donde se encuentran más cómodos.
No son rechazados sistemáticamente, pueden ser ignorados por su falta de participación e implicación y tampoco son tenidos en cuenta en las actividades sociales, lo que contribuye a perpetuar su aislamiento (a partir de los 3 años, porque antes está la fase de juego paralelo).
Como muestran retraimiento, temor e inseguridad, pueden convertirse en víctimas de acoso escolar. Como su presencia es silenciosa y no genera conflictividad, es habitual que pasen desapercibidos para las personas adultas y que no s les preste la atención que necesitan, ni se activen estrategias y actividades adecuadas para potenciar su integración en el grupo.
 
Estrategias
No etiquetar con frases “le gusta jugar solo”. Suelen actuar como refuerzo para que el niño siga comportándose de la misma manera. Tampoco es conveniente presionarlos excesivamente para que se relacionen. Buscar formas naturales, sin presión.

Proporcionar experiencias de interacción placenteras: es lógico que los niños que presentan este perfil tengan menos experiencias de interacción social. El hecho de no haber disfrutado de este tipo de vivencias implica cierto desconocimiento del placer que conllevan.
Jugar e interaccionar en grupo (deportes de equipo y cooperación), se pueden plantear cuentos vivenciados o juegos sociodramáticos en los que se den papeles y roles en los que tengan cierto protagonismo.
Ayudarles a formar una autoestima positiva: cualquier avance que se produzca en este sentido tendrá repercusiones inmediatas en los demás aspectos relacionados con la competencia social. Se puede trabajar la mejora de la autoestima ayudándole a percibir sus cualidades positivas, aun siendo consciente de cuáles son sus debilidades y animándole a superarlas.
La autoestima tiene que enfocarse sobre todo desde el reconocimiento social, que el niño pueda percibir de manera tangible que sus aportaciones son valoradas. Será necesario que se le enseñe a entrar y salir de los juegos, a iniciar conversaciones, a expresar emociones, a pedir favores y a mostrar un comportamiento más asertivo. También es importante que los pequeños entiendan que cometer errores o recibir críticas, forma parte de la vida de todas las personas sin que tengan que sentir angustia o rechazo por ello.

MARGINACIÓN Y DESARROLLO SOCIOAFECTIVO
Las circunstancias personales y del entorno, cuando son adversas o inadecuadas, pueden dar lugar a situaciones de falta de integración o incluso de manifiesta marginación. La escuela tiene un papel decisivo en la compensación de carencias y desigualdades, debe potenciar la integración de todos los niños sin excepción (los niños ricos son más listos que los niños pobres, tienen más medios y recursos para solucionar carencias).

Integración y marginación
Una persona está integrada en una sociedad cuando participa plenamente en ella. La pertenencia a una sociedad no es garantía de la integración.
La marginación social es la separación de una persona de la sociedad a la que pertenece, ya sea de forma voluntaria o impuesta. Casi siempre producirá una pérdida de derechos, de beneficios (culturales, laborales…) y de oportunidades. La integración o marginación de una persona difícilmente se producen de manera absoluta.

La inadaptación y la exclusión como formas de marginación
Una persona inadaptada es aquella que, bien porque no quiere o porque no puede, no acepta o no cumple las normas y los valores aceptados por el grupo mayoritario. La diferencia entre inadaptación (es la propia persona) y marginación (es la sociedad).
La forma más extrema de marginación es la exclusión social: engloba todas las situaciones por las que una persona perteneciente a una sociedad deja de ser considerada como miembro de pleno derecho. La marginación camina de la mano de la pobreza. También padecen marginación muchos grupos con enfermedades mal vistas como el sida o la esquizofrenia., incluso las personas de raza diferente o cuyas costumbres o preferencias sexuales difieren de las mayoritariamente aceptadas, así como las personas con discapacidad.

Castells: Zonas o espacios sociales de exclusión
Zona de integración, seguridad o estabilidad:
-          Trabajo estable y remuneración adecuada.
-          Protección social (pensiones…).
-          Sólida relación familiar y vecinal.
Zona de vulnerabilidad:
-          Trabajo precario o inseguro.
-          Relaciones sociales y familiares inadecuadas.
Zona de exclusión:
-          Pobreza.
-          Fuera del mundo laboral.
-          Aislados socialmente.
 
Marginación y desarrollo social en la edad infantil
La marginación social en la infancia puede conducir a una situación de exclusión en la edad adulta. Siempre supone involuntariedad ya que alguien (su entorno social o familiar) o algo (enfermedad, discapacidad, falta de recursos), ajeno a los pequeños, les hace vivir sin todo aquello que por derecho les corresponde. Ello repercutirá en su proceso de socialización y, por lo tanto, en su desarrollo.
Estos pequeños acostumbran a mostrar una fuerte expresión emocional y dureza de carácter. Baja resistencia a la frustración, dificultades en la canalización de la agresividad y poca capacidad de autocrítica y son fácilmente influenciables por las circunstancias y el entorno. A menudo se traduce a la adopción de conductas conflictivas e inapropiadas y, en los casos más graves, puede acabar desembocando en trastornos psicológicos.

Ø  Inteligencia cristalizada: ligada a la cultura.
Ø  Inteligencia fluida: sea cual sea: te adaptas.

Un ingeniero tendría más cristalizada. Un granjero más fluida, se adapta mejor.