jueves, 15 de enero de 2015

Recursos: los cuentos infantiles

Si hay algo que me encanta hacer: es escribir. Bueno, leer y viajar también, pero hoy me apetece comentar mi impresión sobre ciertas capacidades personales que encuentro muy útiles a la hora de trabajar con niños, que son la imaginación y destreza para escribir cualquier cosa que se te pase por la cabeza.

Este curso en  las asignaturas de Desarrollo socio-afectivo y Expresión y comunicación, hemos utilizado o estamos utilizando el recurso de los cuentos e historias para enseñar valores, ayudarles si tienen algún tipo de complejo (por ejemplo: tener miedo a los extraños o si se hace pipí todavía) y también para  iniciarles en la lectura y potenciar su imaginación.

Este curso estoy disfrutando toda la parte práctica que, exceptuando cuatro cosillas que sí experimentamos en primero, habría sido mucho más ameno y productivo si no hubiésemos estudiado tanta materia desde el libro y el cuaderno, haciendo deberes sobre papel impreso.

Es muy fácil decir: los cuentos, las dramatizaciones y las canciones son buenos recursos para enseñarles valores, favorecer el desarrollo de la creatividad, potenciar la imaginación e iniciarles en la lecto-escritura, aprender distintos conceptos a los que hagan referencia...

Pero es mucho más difícil llevarlo a la práctica. Este curso estoy disfrutando tanto porque es en la práctica donde ves realmente la utilidad de todos estos recursos que te están enseñando. A parte de que lo aprendes de una manera más amena y más enriquecedora, ya que ves la utilidad de primera mano y te obliga a esforzarte mucho más y a perder la vergüenza. Nunca he cantado en público. Nunca he hecho teatro (ni en la escuela). Nunca he contado un cuento a un niño pequeño.
Sólo de pensar, hace dos años, que me podría poner delante de unos críticos padres y unos ilusionados niños esperando ver qué les tiene preparado esa chica o chico que acaba de salir del instituto a quien le confían la educación de sus hijos e hijas... impone respeto.
 
Es por ello que aprovecho este curso en el que estamos profundizando y llevando a la práctica el tema de los recursos en Educación Infantil, para iniciarme en un tema hasta ahora desconocido: los cuentos infantiles. 
Llevo años escribiendo sobre cosas personales, artículos de opinión sobre series, lugares y curiosidades e incluso relatos de temática adulta y fantasía, y jamás me había planteado pasarme al lado de la ilusión y los valores. Así que los cuentos que este curso he tenido el placer de escribir con y sin ayuda, han sido en referencia a un tema del que no sólo disfruto, sinó que considero esencial que las personas, desde que son bebés, se inicien y aprendan valores sobre el respeto hacia la naturaleza y los animales. Así que los dos cuentos que he escrito, uno junto con una compañera, tienen que ver con:
 
- Superar el miedo a los animales: "Leo y su gatito" (junto con una compañera realizamos este cuento ilustrado).
- Respetar a los animales, sin discriminación y sin distinción de raza, tamaño o capacidades físicas: "La Bruja buena, el gato Pancho, el Ratón dormido y el Pajarito que no podía volar". Este cuento lo he escrito en una mañana y estoy orgullosa por los valores que representa y también porque la bruja no es mala y come niños después de engordarlos o buscan ser la más guapa, sinó que es buena y ayuda y respeta a la naturaleza.
 
No sé si podéis realizar aquí la descarga si os interesa echarles un vistazo: https://sites.google.com/site/mariamisaoshi/maria-mrs
 
Tengo claro que cuando finalice el curso no podré estar muy parada y tengo ganas de seguir escribiendo cuentos e incluso inventando canciones. Me muero de ganas por hacer algún teatrillo también.
Este blog me es muy útil y sé que en el futuro también puesto soy muy inquieta y siento la necesidad de estar siempre informada si un tema me gusta o escribir sobre ello. Supongo que cuando no esté tan ocupada haciendo labores del trabajo o de clase le daré más vida y podré explayarme mucho más sobre los temas que se me vengan a la cabeza o algunos apuntes de los módulos que creo que son importantes.
 
Un saludo y espero que la vuelta de las vacaciones de navidad no haya sido muy dura. Para mí sí, y por eso me voy hoy a Edimburgo. Necesito desestresarme de tanta comida.
 
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lunes, 5 de enero de 2015

Mis viajes: Noruega

Empiezo nueva sección; aunque pretende ser un blog de educación, también tengo vida y una de las cosas que me motivan para seguir estudiando es lo grande que es el mundo y las muchas oportunidades que ofrece tener un título en cualquier lugar.
 
Me gusta tanto viajar que no descarto la idea de terminar en otro país en algún momento de la vida, tengo un trabajo que me lo permite, solicitando una excedencia y volver hasta dos años después de salir mal (o bien, pero se acaba), y un sueldo que me posibilita ahorrar una pequeña cantidad mensual para poder permitírmelo a la larga. Entre eso y que no me siento apegada a nada en ningún lugar al que voy, aunque ame a mis gatas y aún teniendo pareja, eso no es razón para no hacer algo que quiera y necesite realizar en alguna etapa de la vida. Cambiaría de opinión si tuviera hijos por el tema económico... o no. Todo es ver cómo avanza y cómo se tercie.
 
Conozco gente, y me da un poco de cosilla, que viaja a un sitio y queda maravillado, diciendo que viviría en ese lugar. Luego vuelve a ese lugar como turista una y otra vez (o no, porque su economía no se lo permite) pero basa sus estudios en volver a ese lugar, el único que ha conocido a parte de su país de nacimiento, para trabajar allí en el futuro. Cuando viajé fuera de España la primera vez, tuve un flechazo con París, ciudad donde mi abuelo pasó parte de su vida, donde aprendió francés y nos enseñó palabras y canciones durante nuestra infancia. Lugar que quería visitar desde pequeña, pero quise seguir descubriendo mundo. No sé dónde iría a parar si se me diera la oportunidad de trabajar y vivir una temporada en otro país, pero os aseguro que exploraría un poco más otros lugares y no obcecarme en uno sólo sin haber conocido nada más.

En mi impulso viajero terminé, con mi pareja, pasando la Nochevieja en Noruega, más concretamente a la pequeña ciudad de Bergen, y ha sido espectacular.
 
No sólo porque las calles eran seguras, estaban casi vacías, los niños iban "sueltos" (los padres les podían dejar alejarse sin miedo y volvían a hacer el repostaje* al cabo del rato), los perros entraban en todos los lugares (tiendas de ropa, restaurantes,...) estaban super bien enseñados y cuidados, el monte Floyen aún con el mal tiempo estaba lleno de gente realizando senderismo (y corriendo por el hielo, alucinante, nosotros resbalando con las botas de nieve, encapuchados hasta las orejas, y esos inconscientes, en mayas y camiseta transpirable, pisando con deportivas a toda velocidad por esas cuestas...) y los niños se tiraban con trineo desde muy corta edad ante las miradas de terror de los turistas... ¡¡Allí están hechos de otra pasta!! No sabéis lo peligroso que era, sin barandillas en las curvas y ¡¡todo el monte para abajo!! Era increíble. Yo creo que jamás me habría atrevido, ¡ni de pequeña! Y os lo digo yo, que me caí de una altura de un primer piso a los 5 años, de cabeza, al tropezar de un andamio por no mirar, porque no era peligroso en ese entonces subirme a los sitios y jugar y saltar sin mirar. O que jugábamos con hierros de la obra a cogerlos al vuelo desde decenas de metros de distancia, a falta de poseer una pelota, y casi perdí un ojo con 6 años.
 
Ya comparé la educación que reciben con la que tenemos aquí. Allí no era raro ver a niños alejarse de sus padres y a sus padres dejándoles hacer. La gente es muy educada. Son bilingües o casi, puesto lo que emiten por la televisión: películas, series, programas... están en versión original. Aunque tengan su programación en noruego, emitían en inglés casi toda la parrilla, facilitando muchísimo el aprendizaje de la lengua inglesa desde que son pequeños.
Me encantó ver a los niños  con sus gorritos y sus trajes completos de esquí caminando a trompicones con unos 3 años por el monte con sus padres llevando a sus hermanos más pequeños detrás en el carrito, sin ayuda para esquivar obstáculos, caminar largas distancias y ¡en cuestas! Ahora arriba y ahora para abajo. No sé si luego les ayudarían, pero una madre con un carrito con gemelos detrás, no creo que llevase luego al niño en brazos los kilómetros que quedaban de bajada...
 
Se les ve gente muy sana y deportista, limpia, concienciada con el medio ambiente y la naturaleza y abierta con la gente, lo que transmite muy buenos valores a los niños que crecen en esas circunstancias.

En definitiva, es un sitio donde apenas ver el sol, donde disfrutar de los paisajes que brinda y en el que realizar actividades sanas de montaña (senderismo, esquí, bici, etc...). Me encantó y me encantaría volver si la economía me deja (mirad que es caro Noruega, ¿eh?).

Decir que aunque viajemos con un inglés muy básico, la necesidad de comunicarse hace más rápido el aprendizaje y os aseguro que no me da miedo viajar sola o acompañada aún sabiendo poco inglés: entendía casi todo lo que me decían. Sabemos más de lo que creemos, entendemos más de lo que imaginamos y nos comunicamos mejor de lo que pensamos. Aún teniendo miedo que no comprendieran mi penosa pronunciación: el acento es encantador, y estoy segura que los de las oficinas de turismo y habitantes están deseando que vayan españoles para escuchar nuestro spanglish. Fuera temores y vergüenza. Nos desean. Lo decimos todo con un miedo y cuando nos contestan sacamos un "¿eh?" que les debe resultar enternecedor porque les animamos a que busquen otras formas de decirlo hasta que les comprendemos. Así es como se aprende inglés: ¡¡viajando!!

Dejo unas fotitos del viaje, por el monte Floyen pisando su lago congelado o jugando con la nieve, por los cruceros de Flam-Gudvangen y Mostraumen y de paseítos por la ciudad, para animar a todos a descubrir nuevos parajes y ciudades encantadoras donde disfrutar y empaparse de otras culturas e idiomas sin importar la estación del año, el frío, la lluvia, nieve o el calor. ¡¡Ánimo!! [CLICK PARA AMPLIAR, este ordenador no sé por qué me las achata]
 
Instagram [sólo fotos de viajes y mis preciadas gatas]: http://websta.me/n/misaoshisama













Así se tiraban los niños por la montaña y así nos encontramos restos de trineos...





 
 
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(*) Repostaje emocional: cuando el niño se aleja a una cierta distancia y luego vuelve a la madre/padre/figura de apego. Cuánto más seguro se sienta, más se aleja.